Orbiting, benching, cushioning, haunting, breadcrumbing, ghosting… ¿Os suenan estos términos? Seguro que si ya que se han popularizado los últimos años y están por todas partes en las redes sociales. Por desgracias, también son los responsables del aumento de consultas psicológicas por el efecto negativo que tienen en la vida de las personas que lo sufren.

Podemos decir que son conductas que llevan a cabo personas que no son responsables con las emociones de los demás. A continuación veremos que si es ser responsable afectivo.

¿Qué entendemos por responsabilidad afectiva?

Todo lo que hacemos tiene un efecto en los demás. Por lo tanto, la responsabilidad afectiva podríamos definirla como la capacidad de tener en cuenta lo que sienten otras personas mientras también tenemos en cuenta lo que sentimos nosotros. Respetarte a ti y respetar los sentimientos de otros.

Hoy en día, las relaciones que establecemos con otras personas no llegan a ser tan profundas como lo eran antes de la era digital. Ahora, las aplicaciones de citas, Instagram, Facebook (entre otras muchas) nos facilitan el conocer a gente nueva y sentir una y otra vez todas esas emociones propia del inicio de cualquier relación por lo que llegar a tener una historia duradera, con valores como el compromiso, respeto… están brillando por su ausencia.

¿Cómo podemos llegar a ser más responsables con las emociones ajenas?

Para practicar la responsabilidad afectiva, es necesario incluir en nuestro repertorio de conductas las siguientes pautas:

  • La empatía: Escuchar lo que la otra persona tiene que decir sin juzgar sus sentimientos y validando lo que nos está contando es clave. Ponernos a la defensiva mientras alguien nos intenta explicar cómo se siente sería todo lo contrario a ser responsables afectivos.
  • Comunicación: preguntar, escuchar, expresar como nos sentimos, que nos falta, que necesitamos, que necesita nuestra pareja… es de vital importancia para que nuestra relación crezca de forma saludable.
  • Respeto: en toda relación existen unos acuerdos que debemos respetar para evitar dañar a la otra persona. Si realizamos acciones que van en contra de lo que la otra persona considera importante para ella, estaremos siendo irresponsables afectivos.
  • Nuestros actos tienen consecuencias: lo que hacemos, tiene consecuencias en la otra persona. Pensemos en ellas antes de tomar decisiones o hacer algo que podría dañarla.

Las relaciones personales son un pilar muy importante en la vida de toda persona por lo que es crucial practicar las pautas descritas más arriba para tener relaciones sanas y, por tanto, una vida más satisfactoria. Comparte este artículo con tu pareja, familia, amigos para mejorar vuestras relaciones 😊